ENTREVISTA AL CEO
Descubre nuestra historia
CEO de TENGA Co., Ltd.
KOICHI MATSUMOTO
Con más de 90 millones de unidades vendidas en 69 países del mundo, TENGA es el fabricante de productos para bienestar sexual líder a nivel mundial. A continuación es la entrevista a Koichi Matsumoto, CEO de TENGA y presidente del Grupo TENGA. Descubre cómo fundó la empresa y hacia dónde se dirige.
El placer por la creación
TENGA se fundó en 2005. ¿Qué hacía usted antes?
Koichi Matsumoto : Siempre me encantaba crear cosas. Ya de niño, estaba siempre inventando cosas y soñaba con ser un artesano o un ingeniero cuando fuera mayor. Cuando estaba en la escuela primaria, ya había decidido que quería trabajar en la industria automovilística.
Después de acabar la formación profesional, en seguida comencé a trabajar para realizar mi sueño. Empecé tunear y reparar los coches de lujo, como Lamborghinis y Ferraris en un taller mecánico.
Fue mi época divertida, pero cuando la burbuja económica estalló aquí en Japón, el negocio se fue abajo y tuve que dejarlo. No tenía dónde vivir, pero uno de nuestros clientes me contrató para que le ayudara en una obra de construcción, y me las arreglé la vida aunque vivía en mi coche. Al cabo de un tiempo, la situación fue mejorando y conseguí un trabajo como mecánico de coches clásicos.
¿Qué hacía allí?
Matsumoto : El trabajo consistía en desmontar coches clásicos y reconstruirlos pieza por pieza según las indicaciones del cliente. Era un trabajo increíblemente gratificante: la mirada de cada cliente por cada coche perfeccionado que le entregaba me llenaba de inmensa alegría.
Haces algo y se lo entregas al cliente. Si el cliente está contento, eso te hace feliz a ti también. Es un simple alegría de los artesanos, pero que me dejó muy marcado. Fue lo que me hizo darme cuenta de lo divertido que es ofrecer a un cliente un producto de gran valor.
¿Así que encontró la alegría en la artesanía a través de la construcción y venta de coches clásicos?
Matsumoto : Así es. Por aquel entonces, llevaba ya unos 12 años siendo mecánico y durante ese tiempo gané bastante dinero. Como he dicho, me enseñó lo que era la alegría de crear y aportar valor a los clientes. Otra de mis revelaciones fue que, pase lo que pase, la sexualidad es una necesidad fundamental, muy importante para las personas. Puede parecer que no viene a cuento, pero déjeme que le explique...
El trabajo con los coches clásicos era fenomenal, pero la economía todavía no se había estabilizado y la empresa estaba en dificultades. Durante la segunda mitad del tiempo que estuve allí, apenas cobraba y no pude pagar el alquiler durante más de medio año. Lo único que me animaba a continuar era la cara de satisfacción de los clientes.
Puede que suene un poco ridículo, pero fueron esos momentos difíciles los que me trajeron a donde estoy ahora. Me di cuenta de que, a pesar de las dificultades, aunque no tenía nada a mi nombre y no tenía ni bienes ni dinero para hacer gran cosa, conservaba un gran apetito por la comida y por satisfacer mis necesidades sexuales. Eso me demostró que ambas necesidades son básicas, esenciales para las personas.
¿Así que fueron esas dos reflexiones las que hicieron nacer a TENGA?
Matsumoto : Como no podía pagar el alquiler, dejé el trabajo y volví a mi ciudad natal, a Shizuoka, donde conseguí trabajo como vendedor de coches de segunda mano. ¡No podría expresar con palabras la emoción que sentí de volver a tener un salario digno! Mi experiencia como mecánico me ayudó a ser el vendedor del mes durante aproximadamente tres años seguidos. Me había acostumbrado a gastar tan poco que no tardé en liquidar mis deudas y en ahorrar algo.
A medida que empezó a estabilizarse mi vida, empezó a crecer dentro de mí esa sensación de que lo mío era crear y no simplemente vender. No había ningún motivo racional detrás de ello.
Esa voz en mi mente que me decía «quiero crear algo que no existe» siguió creciendo y pronto dio paso a «tengo que hacerlo ahora». No tardé mucho en decidirme a crear algo nuevo y ofrecérselo al mundo.
Desarrollo en soledad
En la primera parte de nuestra entrevista, nos ha hablado de su decisión de crear algo nuevo. ¿Sabía ya por entonces que lo haría dentro del sector de los juguetes sexuales?
Matsumoto : No, no tenía ni idea de lo que sería en un principio. Cada vez que tenía un día libre, visitaba muchas tiendas de todo tipo, para ver lo que se vendía. Iba a tiendas de electrónica, bricolaje, accesorios para coche y otras muchas.
Todos los productos que veía eran magníficos, tanto por su funcionamiento como por su diseño. Estaba asombrado por la calidad de los productos disponibles en el mercado. Todos estaban claramente diseñados pensando en el cliente final, con el objetivo de mejorar su vida.
Después de medio año llevando la búsqueda, fui a parar a la sección de adultos de una tienda de DVD. Escondida en el rincón más separada en esta tienda, estaba la sección de juguetes sexuales, e inmediatamente sentí que había algo extraño.
¿Extraño? ¿A qué se refiere?
Matsumoto : Por ejemplo, en una tienda de electrónica, cada producto están indicados el nombre del fabricante, detalles y especificaciones. Las marcas eran identificable y un diseño que no hace que te sientas avergonzado de coger el producto de la estantería.
Sin embargo, en aquel rincón de aquella tienda, no había nada de eso. Lo único que podía verse en el embalaje era el precio. Nada sobre el nombre del fabricante, ninguna información de contacto, ningún sitio web... algunos ni siquiera tenían código de barras. Imagínese eso con cualquier otro producto de consumo habitual. Era como si todos esos productos hubieran sido fabricados bajo la premisa de que el fabricante no se hacía responsable de nada. ¿Quién podía sentirse cómodo usando un producto así?
Por si fuera poco, el embalaje de esos productos estaba cubierto con imágenes provocativas de mujeres o incluso de chicas muy jóvenes, y tenían diseños que trataban de imitar partes del cuerpo. Esos productos te gritaban: «¡Mira, la masturbación es un acto lascivo y aquí estamos para hacerlo aún más!». Realmente me impresionó mucho. La masturbación es algo tan normal, y esos productos hacían que la gente se sintiera mal por hacerlo.
A los 15 minutos más o menos de entrar en esa tienda, ya lo tenía claro: La sexualidad es una necesidad sana y normal para un ser humano, y si no había en el mercado productos para el público genreal, iba a ser yo quien los fabricara. «Voy a hacer un producto seguro, higiénico y funcional, con un diseño estético, que destaque con respecto a la calidad de los productos tradicionales, que haga que la gente sea más positiv y más feliz».
Así que todo comenzó en una tienda de juguetes sexuales.
Matsumoto : Por aquel entonces investigué un poco y descubrí que uno de cada diez hombres había comprado o alquilado un DVD para adultos y, entre ellos, uno de cada diez había comprado un juguete sexual masculino. Cualquiera pensaría que se trataba de un pequeño mercado sólo del 1 %, pero, para mí, la pregunta era clara: ¿Qué puedo hacer para el resto de 99 %?
En la industria de automóvil, en la electrónica y en los demás mercados convencionales, uno encuentra todo lo que pueda imaginar. Los mercados rebosan de productos y apenas hay lugar para la innovación. La industria de los juguetes sexuales era diferente. Se trataba de un terreno no explotado y las posibilidades eran infinitas. No iba a tener que pelear por un pedacito del minúsculo mercado existente, sino que podía crear una categoría completamente nueva de «juguetes sexuales como productos convencional».
¿Cuándo comenzó a desarrollar realmente esta idea?
Matsumoto : Dejé mi trabajo y con mis ahorros de 10 millones de yenes empecé a trabajar por mi cuenta. Desde entonces, pasé todos los días investigando y desarrollando, desde las 6 de la mañana hasta las 2 de la madrugada.
Iba a hacer algo totalmente nuevo. Tenía que hacerlo en ese momento. No sabía cómo conseguirlo, pero seguía avanzando. Con esa mentalidad (aunque casi podría decirse que se trataba de una obsesión) trabajé en ello cada día.
Empecé comprando todos los masturbadores masculinos (juguetes sexuales para pene) que pude encontrar. Compraba dos de cada: Uno para desmontarlo e investigarlo y el otro para utilizarlo. Hacía una lista con todos los puntos de mejora que observaba en cada faceta del diseño del producto: Cómo podría hacerlo más seguro, cómo podría hacerlo más fácil de usar, qué haría que cualquier persona quiera probarlo...
Tras interminables sesiones como esta, empecé a crear prototipos. Me inspiré en los materiales de las cosas que me rodeaban. Por ejemplo, el material moldeable de los botes de champú de una tienda de «Todo a 1 euro» me inspiró para crear la Soft Tube CUP (ahora Soft Case CUP), que permite variar la presión durante su uso. El diseño flexible de un martillo de plástico para niños me dio la idea de la Rolling Head CUP, que permite controlar de forma flexible el movimiento.
Durante este proceso, fui exigente conmigo mismo. Aunque tardara un mes en poner en funcionamiento un prototipo, si lo usaba y no se sentía bien, lo tiraba y empezaba de nuevo. Recuerdo que esa fue la parte más dura del proceso. Sin embargo, aunque suene a tópico, cada fracaso me enseñó algo nuevo. De hecho, los fracasos me enseñaron la importancia de encontrar esas nuevas lecciones.
¿Qué pasaba por su cabeza durante esa fase de investigación y desarrollo?
Matsumoto : Ya había decidido que tenía que crear algo cuanto antes, y que daría todo para lograrlo. No busqué trabajos a tiempo parcial, ya que me distraerían de mi proceso creativo. Mentalmente hablando, resultó bastante duro. Me levantaba y no tenía una oficina a la que ir. No había nadie que me diera su opinión. No tenía ni idea de en qué punto me encontraba, ni de lo que me quedaba por hacer.
Después de un año y medio, empezaba a pasarme factura, económica y anímicamente. Me encontraba en un punto en el que podía abandonarlo todo y volver a un puesto de trabajo normal, pero mi conclusión fue: «Uno solo fracasa cuando se rinde, así que seguiré intentándo hasta que lo consiga». Pensandolo ahora, probablemente estuviera ignorando la realidad.
El caso es que todo empezó a cambiar a partir de ese momento. Me surgió la oportunidad de presentar mis creaciones a un distribuidor. El hecho de negar la realidad dio sus frutos en este caso, y sigo pensando que es importante mantener un espíritu positivo frente a la adversidad. La presentación funcionó de maravilla y, durante el año y medio siguiente, estuve preparando mis creaciones para lanzarlas al mercado. En 2005 (esta vez sí), creé TENGA Inc. y, el 7 de julio de ese mismo año, se comercializaron en todo el mundo las 5 CUP originales de la serie Standard.
El pasado y el futuro de TENGA
En la segunda parte, hemos recorrido desde el nacimiento del concepto original hasta llegar al inicio de TENGA. ¿Qué acogida tuvo la serie CUP en su lanzamiento?
Matsumoto : En el momento del lanzamiento, teníamos 5 artículos Standard de la serie CUP. Por aquel entonces, en el sector de los juguetes sexuales, se decía que, si lograbas vender 5000 unidades de un producto a lo largo de su ciclo de vida, podía considerar un éxito. Los productos TENGA batieron por completo estos récords con 1.000.000 de unidades vendidas en su primer año.
También se decía que los mejores productos tenían un ciclo de vida de 3 meses, o 6 meses con un poco de suerte. La manera en que las demás empresas funcionaban consistía en inundar el mercado con nuevos embalajes sin apenas innovaciones en el producto en sí.
Por eso los ciclos de vida eran cortos. Sin embargo, lo que yo quería hacer era la Coca Cola de los juguetes sexuales. Un producto que fuera querido y utilizado por la gente, que formara parte de su vida diaria.
En la actualidad, hay unas cuantas CUP. ¿Cómo fue creciendo esta línea de producto?
Matsumoto : Tras el lanzamiento, me centré en proporcionar productos que sirvieran para todos los gustos, y por ello creé las versiones Strong y Gentle de las CUP.
Así como hay variedades en la dureza del cepillo de dientes o en los tipos de cerveza que uno puede beber, quería que los usuarios de TENGA tuvieran la posibilidad de encontrar algo con lo que disfrutar, independientemente de sus preferencias.
Estaba convencido de que los artículos más fuertes funcionarían perfectamente, pero, siendo honesto, me preocupaban más los artículos suaves. Lo que consolidó mi decisión con respecto a esta serie fue un correo electrónico que me envió un cliente: «No aguanto nada con sus Red CUP. ¡Hacerlas más suaves, por favor!».
Es totalmente normal que haya variantes con respecto a los productos de consumo. En TENGA pensamos que, al tratarse de productos que se utilizan en las partes más íntimas del cuerpo, resulta evidente que existan variaciones adaptadas a todos los gustos.
¿Qué es para usted lo más importante en el desarrollo de un producto?
Matsumoto : Mucha gente me dice «Seguro que los diseños elegantes de sus productos han ayudado a venderlos». Es verdad, me encanta el diseño de nuestra serie CUP, es algo que me sienta muy orgulloso.
Pero también es cierto que un buen diseño de producto, lo más importante es el pensamiento y el sentimiento; el alma que se pone en ellos. Mi deseo era que la gente no se sintiera avergonzada por sus necesidades sexuales y que la sexualidad fuera algo más positivo. Quería ofrecer a la gente un producto que le ayudara a sentir todo eso. Fue la suma de estas ideas lo que llevó a aquel diseño, no fue el diseño el que marcó la dirección.
Con el paso de los años, ha sacado al mercado muchos productos. ¿Qué idea hay detrás de esto?
Matsumoto : TENGA tiene una filosofía: «Poner la sexualidad por delante, para que todos disfruten», con el objetivo de introducir un nuevo tipo de producto en el mercado convencional. Para esto, me parece fundamental seguir presentando al mundo nuevas ideas.
A diferencia de otros mercados de los juguetes sexuales, que se encuentran saturados, todavía queda mucho terreno por explorar en el universo de los artículos de bienestar sexual, como TENGA. Seguimos proponiendo nuevas ideas, nuevas formas de aportar valor, con el objetivo de enriquecer la vida sexual de las personas.
¿Qué significa para usted un producto que aporta el valor?
Matsumoto : Por ejemplo, cuando era niño, no existían los limpiadores faciales. Cuando empezaron a aparecer los primeros, la gente decía: «¿Un jabón solo para la cara?» o «En serio, ¿qué problema hay con el jabón normal?». Sin embargo, quien los probó pudo ver que eran diferentes, que hacían sentir algo diferente y ofrecían algo nuevo para la piel. Hoy en día los encontramos en todas partes, son completamente normales. No existían, pero aparecieron, resultaron ser buenos e hicieron que la vida fuese mejor. Aportaron el valor.
Yo también intento aportar este tipo de valor, y creo que todos los productos que hemos lanzado han aportado valor a la manera en que se puede disfrutar de la sexualidad y del bienestar sexual.
Nunca he vendido un producto sin alma.
Hace poco, abrimos nuestra primera tienda insignia en unos grandes almacenes de Japón. Durante un año, iba allí todos los fines de semana para hablar con los clientes, y creo que eso sigue siendo cierto hasta ahora.
Los cliente que estén dispuestos a escucharme son los que quiero hacer feliz con este producto y les explicaré cómo ese producto lo consigue. Cuando ese sentimiento es mutuo, surge una chispa. Y cuando la calidad del producto se corresponde con la calidad de la explicación, entonces uno empieza a sentir que quiere comprarlo.
Lo más importante es hacer un producto con alma, transmitir esas ideas y sentimientos al cliente, y ayudarle a sentir lo mismo. Tanto si hablo con una persona en la tienda como si me dirijo a millones de personas a través de grandes campañas de comunicación, me doy cuenta de que eso no han cambiado.
Ahora mismo tenemos más de 100 tipos de productos diferentes en el mercado. Mucha gente ha sentido lo que nosotros sentimos, y nada me hace más feliz que decirme que llevamos 15 años haciendo lo que nos gusta.
¿Cuáles son sus objetivos de futuro para TENGA?
Matsumoto : La filosofía de «Poner la sexualidad por delante, para que todos disfruten» parte del principio de que todo el mundo tiene derecho a disfrutar de su vida, a su manera, sin lastimar a otras personas ni limitar su derecho a disfrutar también de su vida. Una de nuestras principales convicciones es la empatía.
Seguiremos valorando profundamente el derecho de todos y todas a disfrutar de su propia sexualidad, su propia libertad y su propia vida.
Es la idea que hay detrás de nuestro mensaje comercial «Amor, Libertad y TENGA». Seguiremos construyendo un mundo donde todos podamos vivir libres, con amor.